El mayor general retirado Antonio Valentín Jáquez López denunció que el criterio utilizado para sacarlo de las filas del Ejército Nacional fue “desafortunado, abusivo y selectivo”, en violación a la Constitución de la República y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, debido a que no tenía el tiempo en servicio ni la edad para ser separado de las Fuerzas Armadas.
“Se prefirió el camino fácil, el irresponsable y dañino a la institucionalidad y al propio proceso de reforma”, dijo, con la colocación en posición pasiva de una extraña mezcla de generales, coroneles y capitanes de navío cuyo tiempo en el servicio oscila entre 32 y 43 años, todos marcados por igual con el ya desacreditado calificativo de “retiro forzoso por antigüedad en el servicio”.
En una misiva dirigida al ministro de las Fuerzas Armadas, almirante Sigfrido Pared Pérez, señala que no sale del asombro que le ha producido “ver cómo usted, en una acción que me obliga a pensar en retaliación o discriminación, ha podido motivar ante el señor Presidente de la República mi inclusión en el decreto 150-2013”, en franca violación, a su juicio, del artículo 205 de la Ley Orgánica de las FFAA que en ese momento estaba vigente, la cual establecía para el retiro forzoso, al igual que la actual, un límite de 40 años de servicio o 65 años de edad, condiciones esas que alega aún no había cumplido.
“Con todo respeto señor Ministro, creo firmemente que frente a otros de mi mismo grado, méritos profesionales y valores personales, aún no calificaba para estar en el grupo de los que según usted sobran”, señala Jáquez López, quien ingresó a las Fuerzas Armadas en enero de 1978. Dijo que siempre pensó que estando el almirante Pared Pérez de por medio, “estas acciones, que son aupadas por grupos de militares mediocres y trepadores no tendrían lugar”. Sin embargo, asegura que se equivocó porque “creí que al ser una realidad constatable en los hechos que nuestro excelentísimo presidente, Danilo Medina, hace cada día ingentes esfuerzos por corregir lo que está mal, que esa iba a ser la premisa que guiaría el necesario proceso de reducir la hidrocefalia de que adolecen las Fuerzas Armadas”.
El oficial retirado, con una amplia hoja de servicio y formación académica, reconoce como una prioridad impostergable la reducción del número de oficiales en las FFAA, “acción que a pesar de ser necesaria para lograr el equilibrio de mando en la fuerza, ha sido manejada con malas artes en los últimos años, pues siempre se aprovecha para que junto a los oficiales que ya califican para el retiro por antigüedad, se incluyan en el paquete oficiales generales y superiores en la plenitud de sus facultades y con tiempos en el servicio que oscilaban entre 32 y 35 años, forzados indiscriminadamente y sin derechos”.
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